El viernes en plenas ferias pasando al lado de la obra del nuevo edificio para el tratamiento de las personas con aLZHEIMER que están haciendo en el parque más concurrido de la ciudad veo entre las penosas casetas de obra colocadas una mesa con una litrona encima.
Parece que está bien que celebren las fiestas, pero dejar una prueba tan palpable en un centro laboral a la vista de todos y con los tiempos que corren para los accidentes laborales... no parece demasiado serio.
Después todos se llevarán las manos a la cabeza si pasa algo, pero es imposible estar de ángel de la guarda de todos los operarios, mucho menos si encima son unos inconscientes o llevan unas copas encima (de sobra conocida la costumbre de la copita de orujo o licor).
Y la de tÉCNICOS que pasan del tema.
La de cosas que pasarán y no saldrán de las vallas de obra.
viernes, junio 16, 2006
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