domingo, junio 04, 2006

97_aTANDO cABOS

Lo de la movilidad en estos días que vivimos para ir a trabajar allá donde esté el trabajo puede hacerte mejor persona, pero puede ser una maldición.
No poder sentirte nunca de un sitio, estar vagando sin poder conocer al que te vende el pan, mucho menos a los vecinos.
Madrid puede ser una ciudad de una grata acogida pero de un amargo deambular. Ir rodeado de gente a todos lados y solo hablar con uno mismo.

Pero no es mejor en las ciudades o pueblos de origen. Ahora mismo casi todos los que me rodean andan en madrid o alrededores, claro que a unas distancias que no hacen proliferar visitas por los tiempos de desplazamiento, dificultades de aparcar y todo para ir a dar una vuelta al parque o tomar unas cañitas.

Ahora mismo en Plasencia todos los titulados superiores salen, primero a estudiar, después a trabajar fuera. Solo vuelven los emigrantes de los sesenta que se van jubilando y retornan a la supuesta tranquilidad del terruño.

Todo será trabajar mucho para que no pueda pensar en qué es de mi vIDA.

1 comentario:

ladhu dijo...

Cuanto menos pienses en futuros, mejor. Es triste, pero es verdad...