lunes, septiembre 22, 2008

sEntadO

Con esto de la confianza que impera en los pueblos liámosla parda un día de veranito.
La prueba estaba en tomar prestados los diversos vehículos particulares que, abiertos y con las llaves puestas o sin candado, pacían en las calles viendo caer el sol.
El cuatroele lo llevamos dos calles más allá donde cogimos la bicicleta que dejamos al pie de la iglesia donde subimos al tractor que abandonamos cerca de la ermita y montados en un carro bajamos la cuesta. nos pusimos las catiuscas a secarse al pie del rosal hasta que encontramos la ratona del ayuntamiento que movimos hasta la farmacia para trasladar la cecuatro hasta la fuente.

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