Leo en menéame.net que una mujer se niega a que a su hijo se le inscriba con el número 666, bien conocido por todos como el número de la bestia y todo eso (sANTIAGO sEGURA encaramado al anuncio en cALLAO, habrá que volverla a ver pronto). EN mi caso en navidad tengo un tío supersticioso que si somos 13 personas para cenar tiene que salir a buscar a alguién más o quedarse sin cenar para no acabar el año sumando ese número.
Pienso que no en esos extremos pero si que el imaginario social nos hace poner reparos a según que números, teniendo cada uno sus preferidos y los evitables. Incluso una mayor afinidad con los pares o con los impares.
Yo prefiero los nones, por regla general.
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