jueves, mayo 04, 2006

82_lLOVIENDO

A pesar que no me disgusta conducir de noche, si que es un tanto difícil hacerlo lloviendo y con ganas de llegar al destino.
Cuando vuelvo así de mADRID pienso en los camioneros y transportistas que adelanto y cómo será su vida todo el día sentado delante de una máquina bestial que lo acompaña en su sOLEDAD.
Además con los mUERTOS y hERIDOS de todas las semanas en la carretera, cada vez que me siento al volante siento un gran respeto. Nunca se sabe cómo acabará la cosa. Es una pena que los que me adelantan a más de 150 km/h no creo que piensen en eso.
Si la poesía es un arma cargada de futuro, en manos de algunos iNCONSCIENTES el cOCHE es un aRMA cargada de muerte.

Descansen en paz.

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