Me duelen los ojos de tenerlos frente a la pantalla del ordenador, la espalda de forzar la postura escribiendo en el teclado, la cabeza cuece removida por los bichitos minúsculos de la gripe mientras las puntas de los dedos parecen estalagtitas que aporrean insensible teclas desgastadas.
Menos mal que de vez en cuando el propio cuerpo se aprovisiona de la suficiente droga para que de alucinación en alucinación sea capaz de organizar unas cuantas ideas peregrinas en la base de datos.
Gotea la nariz...
miércoles, enero 24, 2007
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