martes, noviembre 14, 2006

200_y pICO

No hay nada como escribir las paranoias diarias en una pantalla en blanco.
Hoy he seguido haciendo mi cometido puerta a puerta llamando en casas ajenas para el prolijo censo de viviendas. Por lo que veo me doy cuenta de que los pisos y las casas son como las personas: grandes y ornamentales fachadas que esconden estancias insalubres y mal iluminadas, modestos muros que guardan una limpieza pulcra y ordenada, sorpresas que se esconden tras medio pie de ladrillo y un poco de aislamiento en el mejor de los casos. Además van emparejados a dueños afables, distantes, encantadores o insoportables.
Pienso en el duro trago de vender enciclopedias por las casas.

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