Llevaba bajo el sol media hora, sentada en el ardiente banco metálico de la parada del autobús. y no llegaba.
Veía como la sombra iba variando, moviéndose a su alrededor a la vez que el sol tocaba partes nuevas.
Por fin se levantó, cansada de esperar, y se dispuso a avanzar a pie para llegar en algún momento. Con todo el tiempo que llevaba allí, ya estaría tranquilamente con un refresco sentada en el sillón.
Y entonces, veinte pasos después, vio como el autobús la adelantaba.
lunes, julio 03, 2006
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1 comentario:
Y cuando pasa eso, lo peor de todo es que vienen tres seguidos.
Sin mencionar las paradas que hacen para saludar a otro compañero del ramo que viene en sentido contrario colapsando toda la calle.
O cuando más prisa tienes, que van pisando huevos contando chistes al revisor que va "distrayendo al conductor" (cosa que está prohibida)
O cuando se les olvida respetar una "parada solicitada" y la maruja grita angustiada: OIGAAA OIGAAA HAGA EL FAVOR DE PARAAR.
O cuando son conscientes de que su "masa x velocidad = inercia" es muy superior a la del resto de los turismos, imponiendo su ley
O cuando...
Si es que son unos angelitos,por algo me estoy sacando el carnet
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