jueves, octubre 26, 2006

183_la pEDRIZA

Unido al coche como extensión de mi robótico y cibernético cuerpo semihumano me desplacé ayer entre el diluvio local entre pLASENCIA y cORIA. tUTATIS dejaba caer el cielo sobre todos los alrededores encharcando campos y alterando los hasta ahora tranquilos cauces de arroyos y ríos.
Y ya callejeando tengo el mismo problema de siempre, no resisto las pequeñas distancias. Allá donde voy y por más cuidado que ponga siempre me acabo acercando a algún bolardo, alguna barandilla o algún parachoques que, como en el anuncio, se mueve lo justo para hacerme una o varias rayas en mi piel metálica. Lo peor es que voy viendo que le doy, pienso que tengo que hacer algo, pero hasta que no suena no me recorre la rabia de ver que de nuevo lo he vuelto a hacer. Algún día haré el recorrido con fotos enseñándoos las cICATRICES y relacionándolas con su lugar de origen y batalla diaria.

No hay comentarios: