
Bajar la persiana y no enterarme si es día o noche, vivir en un envase de plástico hermético y volver rancio el aire con mi propia respiración.
Apagar las luces del mundo y parte del extranjero a la vez que empiezo a pensar e imaginar mi propia vida, los amigos que no hacen daño, la familia que no te echa nada en cara, la cerveza que no se acaba derramando en el pantalón limpio como todos los sábados noche y TÚ, estés dónde estés y seas quien seas.
Dejar que lo bueno se cuele en mi cabeza al menos un minuto al día.
Incluso darle un descanso a mi sombra, jodido trabajo de 24 horas todo el tiempo arrastrado.
1 comentario:
Bueno, aunque no tengas ganas de salir, recuerda que estamos contigo a través de esta ventana. Abrazos!!
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